Reportajes

Así es Bacterio Brewing por dentro

Bacterio Brewing está siendo una de las sensaciones de la temporada craft en Madrid, donde ya operaban a través de un bar abierto en Alcorcón pero cuya presencia se ha visto notablemente reforzada con la apertura de su nueva fábrica en Móstoles, municipio de casi 200.000 habitantes en la zona sur de Madrid.

Daniel Morón, cabeza más visible de un proyecto familiar en el que están implicados los cuatro hermanos de la familia Morón, explica que la aventura de Bacterio comenzó en Tarancón hace dos años, «con una fábrica mucho más pequeña«. «El equipo instalado en la nueva fábrica de Móstoles lo compramos a Cervezas Evora, con los que teníamos una buena amistad» añade

Llevan dos meses abiertos, un periodo de tiempo del que Dani explica que los comienzos han sido duros, «como todos los inicios» pero admite que la fábrica ha tenido momentos muy importantes como la apertura, que se convirtió en un acontecimiento en la localidad y en la que hubo que colgar el cartel de ‘no hay billetes’.

La fábrica tiene una capacidad de producción de 20.000 litros mensuales. A pleno rendimiento, alcanzaría los 250.000 litros anuales, una cifra que «aún es un sueño» en Bacterio pero que no ven inalcanzable porque «estamos teniendo mucha demanda, contactando con nuevos clientes y con una parte potente de nómadas. Estamos teniendo mucha aceptación en Móstoles»

ADN Bacterio

«El negocio lo enfocamos en que Bacterio fuera algo má que cerveza. Abrimos el primer restaurante en Alcorcón, con buena cerveza pero con una cocina muy elaborada y creativa, que es la parte de la que se encarga mi hermano. También potenciamos mucho la parte de cocktelería. Queremos que Bacterio sea mucho más que cerveza» explica Dani Morón.

En la fábrica, hay un tap room abierto al público , con 16 grifos donde se pincharán cervezas propias, colaboraciones y «también cervezas de algún nómada que trabaja con nosotros» matiza Morón, quién también pone en valor la carta de comida que están desarrollando en la fábrica mostoleña.

Una empresa familiar, con cuatro hermanos

La cara visible de Bacterio es Daniel pero la cervecera es un proyecto familiar en el que trabajan los cuatro hermanos que componen la familia. Los inicios fueron con una pequeña fábrica en la localidad conquense de Tarancón, que hubo que cerrar porque «no daba para subsistir con una marca local».

Sobre el futuro , cuentan, la idea «es llevar una línea diferente al resto. Nos hemos encontrado muchas dificultades para entrar en distribución y grandes superficies. Tienes que trabajar en márgenes muy bajos. Nuestro enfoque es tener nuestras cerveza en nuestros propios locales y en establecimientos donde se valore el producto. Ahora tenemos dos locales, la parte nómada y clientes a los que elabormaos a un precio razonable». «La idea es abrir más ‘bacterios’ nosotros . Se hacen muy buenas cervezas y hay mucha competencia» comentan en relación al plan de negocio establecido a medio plazo.

Sobre el slogan de ‘cerveza de laboratorio’ que es el leit motiv de Bacterio afirman que viene por la «necesidad de probar cosas nuevas, de trastear, experimentar…siempre con cosas naturales, hacer cosas como envejecimiento forzados, hacer producciones pequeñas experimentales e incluso entrar en otros tipos de bebidas como el hidromiel». «Vamos con los pies en el suelo pero creemos que en dos años hemos crecido más de lo que esperábamos incluso con Pandemia. La idea es meter más tanques en un futuro si es necesario y crecer» concluye.

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