Biolúpulus: tierra, ecología, equipo, esencia y artesanía

Esencia, preservación, medio ambiente, pureza, proximidad, sociedad, tierra, orgánico, ecología, equipo, trabajo, variedades y artesania son algunas de las palabras que mejor definen el proyecto de Biolúpulus. No son las únicas. Biolupulus es, sobre todo, un proyecto colectivo, pegado a la tierra, que es su principal activo, que apuesta por la agricultura responsable y sostenible , que crece poco a poco fiel a sus principios y los valores fundacionales que llevaron a un grupo de agricultores enamorados de la tierra a cultivar lúpulo y hacerlo siendo fieles a unos principios irrenunciables.

Albert Vilardell, su cara visible, explica que «es un proyecto, más allá de revolucionario porque pretende demostrar que es posible producir lúpulo sin uso de productos nocivos para la salud y el medio ambiente; familiar y de familias. Un proyecto proactivo en términos de economía circular, social solidaria y agricultura verde o responsable«.
Biolupulus es un también un proyecto reconocible, con nombres y apellidos. Vilardell habla casi en primera persona cuando explica que «Manolo, Enrique, Andrés, Albert, Bob, Sergio y su hermano Diego han conseguido consolidar el proyecto Biolupulus en estos últimos años poniendo énfasis a la cura de valores sociales cómo la amistad, solidaridad, honestidad y el amor a su trabajo y a la madre tierra» y añade que «Antonio, Glòria, Ana Belén, Alberto, Leonor y Juan Ramón, juntos son la nueva generación de Biolupulus, quienes recién plantaron nuevos campos, cuyo lúpulo pronto podremos disfrutar en las cervezas que elaboreis y que dan sentido a éste nuestro proyecto. Cervezas artesanas, con lúpulo artesano, lúpulo del país«

Todos ellos son la avanzadilla de un proyecto que crece y que ahora mismo reúne doce productores que comparten la misma filosofía y ADN. Cada uno de ellos, está especializado en una variedad de lúpulo que es escogida según las condiciones de la finca. Es la tierra, el clima, el calor, la humedad o el frío quienes eligen lo que se cultiva. Cataluña y León, el espacio geográfico tradicional para el cultivo del lúpulo en la Península Ibérica, son las dos áreas donde Biolúpulos trabaja.
La cosecha de 2021 ya está recogida. El ciclo de la tierra se ha completado. Pero la rueda no deja de girar. Albert lo tiene claro. La paciencia es una característica cuando se trabaja en el campo, cuando es el lúpulo el que marca el ritmo pero eso no quita que se reconozca «ansioso de volver a ver emerger los turiones del suelo, para empezar la campaña del 2022 y poderos ofrecer nuevamente los frutos de todo un año de trabajo». Queda dicho.