Brussels Beer Challenge, día 2 – Primeras catas y cañonazos en Waterloo
Francisco Encarnación | Bruselas
Esta semana estamos publicando una crónica diaria de lo acontecido en el Brussels Beer Challenge. Hoy tocan las primeras catas y un poco de turismo cervecero.
Comenzamos la primera ronda de catas a las 8:50, con puntualidad belga. No puedo decir los dos estilos que nos tocó catar en nuestra mesa, pero el nivel era muy bueno y las conclusiones fueron unánimes en las ganadoras. La organización de las catas solo se puede calificar de impecable, gracias a la profesionalidad de todos los implicados en el proceso.
Tras las catas, toca llenar la tripa con algo sólido y prepararse para la intensa jornada que nos espera por la tarde. Ponemos rumbo a Waterloo, el lugar donde se produjo la famosa batalla que acabó con la derrota definitiva de Napoleón por parte del ejercito Prusiano y las tropas británicas, neerlandesas y alemanas, dirigidas por el duque de Wellington. Visitamos el impresionante memorial que tienen allí montado, asistimos a una demostración de cañonazos, y nos dirigimos a La Ferme de Mont-Saint-Jean, donde se encuentra la Brasserie Waterloo, una micro cervecería y destilería donde se elaboran las conocidas cervezas Waterloo, que nos sirven en sus icónicas copas de cerámica.
A parte de la Waterloo original, de la que dimos buena cuenta, el descubrimiento de la tarde es la Waterloo Récolte, una saison con alma de wit refrescante y deliciosa. Las botellas desaparecieron en pocos minutos, con eso os digo todo.
Durante el coctel, somos testigos del momento solemne de la noche. La Belgian Knighthood of the Brewers Paddle hace su aparición para nombrar nuevos caballeros honorarios. Descendientes directos del Gremio de Cerveceros Belgas, los Caballeros se dedican a perpetuar la nobleza y las tradiciones del negocio cervecero desarrollado desde hace siglos.
La noche continúa con el ambiente cada vez más animado, disfrutando del colegueo que se suele generar cuando hay cervezas de por medio. Hasta parece que hablo mejor inglés.
Pero todo lo bueno se acaba, y el autobús de vuelta al hotel nos espera. Por mi parte, me retiro a mis aposentos agotado, pero contento. Hay ganas de que llegue mañana. Visitaremos Brasserie de la Senne, una de mis cerveceras favoritas de todos los tiempos.
