Israel García Sánchez: «Raíz Cuadrada es una cervecera joven, con muchas ganas y un buen producto»

Israel García es una de las cabezas visibles de Raíz Cuadrada, junto a su hermano, Héctor García, una cervecera artesana que vio la luz de manera oficial a finales de 2019 en la localidad abulense de El Barraco. En esta entrevista explica los planes de un proyecto que ha tenido que lidiar a las primeras de cambio con las consecuencias de la pandemia del Covid-19 y que ha hecho de Ávila, un territorio con poca implantación en el mapa craft nacional, su principal zona de influencia.
¿Cómo nace Raiz Cuadrada?
Su germen está en 2008, cuando empezamos a elaborar cerveza en casa con un kit por internet. Hacíamos pequeñas elaboraciones y lo que salía de ahí, nos gustó. A partir de ese momento, nos empezamos a interesar por el diseño del pequeño kit que teníamos y le metíamos un poco de automatismo aprovechando la formación como ingenieros. Pasados los años, hicimos lotes para consumo propio y a partir de 2014 empezamos a rondar la posibilidad de montar una fábrica. En 2017 creamos la empresa pero empezamos a elaborar como nómadas en SanFrutos, en Segovia. Teníamos un buen producto y decidimos invertir. La fábrica la montamos en El Barraco, en Ávila y ya está lista desde hace unos meses para elaborar en la fábrica, que es visitable, con un tap room con seis grifos pinchados. Nos hemos formado en la Universidad de Alicante en cursos de elaboración y gestión de microcervecerías y nos hemos lanzado a la aventura empresarial
¿De dónde viene el nombre de Raiz Cuadrada?
Viene de tener muy en cuenta nuestras raíces porque somos la cuarta generación que trabaja con el cereal. Nuestros padres y abuelos eran panaderos y también porque nos hemos venido a montar este proyecto al lugar que nos vio crecer, El Barraco con el objetivo de aportar nuestro granito de arena y seguir aportando a la España ue no queremos que se vacíe.
¿Cual es la filosofía de vuestro proyecto?
Pensamos que el mercado está aún en una fase , por decirlo de alguna manera, en ciernes por mucho que llevemos en España creciendo unos años. Aún estamos en pañales y eso es bueno. Básicamente, nuestras cervezas son muy fáciles de beber para que el público que no conoce la cerveza artesana se pueda tomar tranquilamente una cerveza de este tipo. Queremos llegar a un público que pueda tomarse una cerveza artesana maridada con un poco de jamón o unas patatas revolconas, por poner un ejemplo. En el catálogo, ahora mismo, tenemos una blonde ale, una sesión ipa y una british strong con maltas tostadas caramelizadas. Además tenemos una serie que es Alquimia en la que este año hemos sacado dos estilos con una strong bitter con miel del valle del Alberche y una american amber ale con lúpulo amarillo que es la alquimia series 1.2 Nuestra idea es añadir al menos otras dos más. Queremos hacer una porter y una de trigo. Pero no sabemos cuando nos pondremos a ello.
¿Cómo ha afectado el Confinamiento a un proyecto tan joven como es el vuestro?
Las ganas no nos las han quitado pero nuestras ventas dependían en un 80% en la hostelería y eso lo hemos perdido. Al estar empezando y acabar de hacer nuestra inversión grande nos ha dejado un poco tocados pero no ha logrado que parásemos. Ahí estamos, poco a poco. Confiamos en que esto se vaya normalizando y la gente este más abiertos a estos productos de calidad que son necesarios en la hostelería.
¿Cuales son vuestros canales de distribución y venta en este momento con la hostelería tan tocada?
Los bares y nuestro tap room son la base, además de algo de pequeño comercio. Casi todo lo que tenemos es en la provincia de Ávila. La fábrica la abrimos en diciembre de 2019. Abrimos en meses de invierno, que son bajos y cuando iba a empezar en eventos, con el confinamiento se nos ha ido al traste. Tenemos muchas ganas, con buen producto y estamos buscando la tecla.
¿Cómo habéis sido recibidos en El Barraco?
Muy bien. La hostelería nos ha acogido muy bien. Valoran el producto y lo miman y ofrecen a los visitantes. También tenemos una clientela fija que lo toma en el bar y en casa.
Ávila, a diferencia de otras provincias limítrofes a Madrid como Segovia o Toledo, no tiene una gran presencia craft. ¿Eso es bueno o malo para vosotros?
Eso es malo y bueno a la vez. Somos menos haciendo cultura cervecera pero también tenemos más oportunidad los pocos que estamos y eso hay que aprovecharlo. Nos toca hacer más trabajo porque somos menos.
¿Cuales son vuestros planes futuros?
En principio lo que queremos buscar es abrir al canal de lineales de supermercado a nivel nacional por asentar un segmento que sea distinto a Horeca. No podemos quedarnos parados, somos gente joven, con ganas, con un buen producto y bien valorado, al igual que otros muchos cerveceros en España. También nos apoyamos en las experiencias de otros cerveceros craft que llevan muchos años y se han pegado con todo. Ellos nos marcan el camino.