
Fernando Calderón es la cara visible de Bodecall, una de las empresas con más historia dentro del sector de la cerveza en España. Calderón explica cuales son los retos de la cerveza artesana en este 2023 que ya transita por su primer trimestre.
Si algo me ha quedado claro estos últimos años es que nada es inmutable. En el sector craft, como en tantos otros, la supervivencia se basa en el aprendizaje y en la capacidad para adaptarse a todo tipo de imprevistos. El COVID-19 ha cambiado nuestras perspectivas y estos últimos años han sido difíciles para todos.
La Pandemia junto con la inflación y a la escasez de materias primas, ha obligado a las cervecerías a ser más creativas de la cuenta. Desgraciadamente, la subida de los costes fijos ha obligado muchas pequeñas cervecerías artesanas a cerrar. Muchas otras resisten valientemente a pesar de que han tenido que subir los precios para poder seguir siendo competitivos.
Desde Bodecall, como canal de venta online que somos, hemos intentado siempre ofrecer apoyo y hacer frente común tanto con las cerveceras como con la hostelería. En mi opinión, para lograr la estabilidad del sector tenemos que trabajar juntos. Solo desde una base sólida se puede hacer frente a los retos del futuro.
Las cervecerías trabajan sin descanso para responder a una demanda que pide calidad y cantidad. No solo tienen que elaborar un gran producto, sino además que el consumidor lo perciba como tal. Las fábricas craft no paran de crear y sus catálogos crecen, se reinventan y/o se especializan.
Esto contribuye a una diversificación del sector cervecero que es muy positiva: se crea una cultura cervecera y se democratiza un mercado que era de nicho, creando un caldo de cultivo para un crecimiento a corto plazo.
Por otra parte, esto también puede desembocar en una saturación que provoque que el consumidor se acabe cansando. Además, el hecho de que los costes no paren de subir hace que me pregunte cuánto más está dispuesto a pagar el consumidor por una lata de cerveza artesana. Es un equilibrio muy peligroso y complejo con el que no hay más remedio que lidiar.
A pesar de esto no puedo evitar ser optimista y esperar que el 2023 el sector disfrute de buena salud, a pesar de la inflación y la inminente crisis. El hecho de que el sector craft ya ha demostrado versatilidad y capacidad de adaptación a las nuevas tendencias es prueba de ello.
Desde Bodecall seguiremos fomentando la cultura cervecera y nos ofrecemos a contribuir en lo que podamos a la estabilidad del sector.
Potente proyecto el de Bodecall con una sólida apuesta por el sector