La cerveza no entiende de género, entiende de lúpulo y malta, por Nora Arrastia

Con motivo de las conmemoraciones del 8 de Marzo, le hemos pedido a Nora Arrastia, directora de Beer Bang Madrid y de Cervezas Eterna, que nos aporte su visión particular del sector cervecero.
Hoy 8 de marzo, es nuestro día, y me han propuesto hacer este pequeño artículo y la verdad es que no sé muy bien ni qué decir ni qué contar. Yo, siempre he creído y defendido que la cerveza no entiende de géneros y quien se empeñe en lo contrario miente y es un ignorante.
¡NO HAY CERVEZAS PARA MUJERES, NI CERVEZAS PARA HOMBRES!
Cuando empecé a pensar en qué escribir, la primera pregunta que me hice fue si yo he sufrido machismo por ser minoría en un mundo donde la mayoría son hombres, y si ese machismo venía por parte de compañeros de gremio o simplemente es el machismo que hoy en día existe en toda nuestra sociedad por culpa de la ignorancia.
La respuesta no ha sido un rotundo si, sino que tiene unas cuantas aristas. El respeto y el lugar que ocupo dentro del gremio es algo que he trabajado y peleado durante muchos años, y he tenido que demostrar que estoy aquí, que hago cerveza y que sé de cerveza para lograr el reconocimiento de algunos, mientras que por parte de otros, siempre he recibido mucho respeto y cariño.
Mi respuesta no ha sido rotunda porque siento que me ha costado más reivindicar los tipos de cerveza que elaboro y que me gustan, frente a esas cervezas en las que parece que sólo importan los gramos de lúpulo por litro y donde la malta y la evolución de la cerveza deja de tener importancia.
Comencé mis andanzas cerveceras en 2014 con una English IPA, con las botellas recién etiquetadas y envasadas nos recorrimos Madrid, local tras local hasta conseguir nuestra primera venta. ¿Difícil?
Muchísimo, ¿por ser mujer? Pues en alguna ocasión sí, pero el problema era la cerveza. En aquellos años me decían que para ser una IPA no era suficientemente amarga, y es que entonces si el lúpulo no estaba presente en forma de amargor intenso, hasta el punto de dejarte la lengua seca, no era una IPA.
Ahora, 8 años después, las IPAs que más se consumen son dulces, tienen mucho más lúpulo, sí, pero en aroma y sabor, apenas tienen amargor.
Está claro que este es un mundo de tendencias y modas. En mis inicios yo quería reivindicar mi IPA porque era maltosa, amarga y presentaba un buen equilibrio. Desde entonces, mi lucha, siempre ha sido reivindicar estilos clásicos y reivindicar que existe más vida aparte del lúpulo.
Así que volviendo a la pregunta inicial, he luchado más por las buenas cervezas, maltosas y/o lupuladas que por ser mujer.
He tenido que luchar más o he tenido batallas que no se habrían producido por ser mujer, pues si, y la respuesta aquí es rotunda.
Ahora mismo me están viniendo a la cabeza episodios machistas que no han sido agradables y que me han violentado e incomodado bastante. Pero no las voy a contar porque creo que ese machismo es igual al que he sufrido a lo largo de toda mi vida. En el colegio, en la universidad, con amigos o en el trabajo. Y en esos momentos, lo importante es no bajar la cabeza.
Pero si hay una anécdota que si os voy a contar, un cliente me explicó cómo se hace la cerveza y ahí tengo que reconocer que me dolió más el ego como cervecera que el mansplaining.
En conclusión, hay mucho camino que recorrer para acabar con el machismo fruto de la ignorancia y mucho camino por recorrer para reivindicar que hay muchos estilos y muy buenas cervezas y que no todo se reduce al lúpulo.
Hoy brindo por todas las mujeres cerveceras. ¡Salud!