San Patricio, el santo cervecero
San Patricio es uno de los santos más conocidos del mundo. Británico de nacimiento, fue secuestrado de niño por druidas paganos irlandeses y fue durante su cautiverio cuando tuvo una visión de dios. No tardó en fugarse de la prisión en la que estaba recluido, aunque en vez de sobrevivir como soldado de fortuna, se dedico a estudiar para cura y volvió a Irlanda para evangelizar a aquellos paganos tan faltos de dios cristiano.
San Patricio es una de esas celebraciones que nos vienen impuestas, pero que no dudamos en celebrar como si de ciudadanos de la noble Irlanda se tratase. No llegamos a montar desfiles ni pintamos nuestros ríos de verde, pero acudimos prestos a la llamada de una pintas de cerveza negra y la promesa de merchandising del local en cuestión. Normalmente, ese merchandising consiste en un gorro de gomaespuma que llegará a casa con un olor raro y sensación pegajosa.
Hasta hace poco, era una fiesta monopolizada por una única marca, la irlandesa Guinnes, y era en los locales donde estaban presentes sus grifos los únicos que ofertaban esta fiesta. El aumento de locales cerveceros en España a favorecido la creación de eventos relacionados con San Patricio que no tienen necesariamente la presencia de la famosa marca irlandesa.
Aunque no sean muchas las cervezas irlandesas que nos llegan, muchos locales están ofertando un San Patricio con la conocida cervecera Porterhouse. En otros muchos, que la cerveza no sea irlandesa no es un problema, mientras que la cerveza sea negra. Incluso la madrileña La Virgen preparará una cerveza teñida de verde. Todas estas acciones son una fantástica oportunidad para dar a conocer otro tipo de cervezas a un público acostumbrado a un San Patricio que no ha sabido evolucionar con el tiempo.