Speranto ya es una cervecera ‘seminómada’ tras empezar a elaborar con equipos propios

La cervecera toledano Speranto sigue paso a paso con su proyecto de crecimiento y consolidación, un plan en el que avanzan con paso lento, como explica a factoriadecerveza.com, David Guerra, pero cumpliendo etapas, “sin correr riesgos, casi a paso de tortuga y apostando por hacer muchas colaboraciones”.
Uno de los pasos más relevantes dados por Speranto en los últimos tiempos ha sido el inicio del abandono del nomadismo, con la instalación de un equipo propio en la fábrica de Monkey Beer, donde elaboran habitualmente. Un paso que Guerra valora como “el pasar de ser nómadas completamente a seminómadas”.
Otra de las líneas estratégicas de los toledanos durante los próximos meses es el acentuar el proceso de colaboraciones con otras cerveceras, un proyecto en el que Speranto está muy implicado. La última de esas colaboraciones ha sido la Korokke, una colaboración con un gastrobar de la Ciudad Imperial y que se trata de una saisson con setas, miel y pimienta rosa y que Guerra define “como fresca y llena de matices sutiles que es la séptima variedad propia de Speranto. Hemos hecho una producción de 2.000 litros además de Creek una Vermont IPA con mucho cuerpo, y sabor a fruta. Es un zumo de lúpulo muy frutal”