Vamos a Beer presenta una nueva cerveza solidaria en beneficio de Grefa y con el cuidado del medio ambiente y el mundo rural como base
La nueva cerveza es un Wee Heavy, un estilo escoces, son cervezas tostadas, con mucho sabor a cereal, suaves, a pesar de su graduación, 7,5% en este caso y ligeramente dulces.

“Cada viaje, tiene su historia y cada historia su cerveza”. Este es el lema con el que el maestro cervecero segoviano Carlos Sanz da a conocer sus elaboraciones artesanales, todas ellas de diferente receta, pero con un ingrediente común: la solidaridad. Están etiquetadas con un acto solidario y su colaboración económica está destinada a “causas relacionadas con los animales, el medio ambiente, la salud y/o el mundo rural”.
En esta ocasión ha sido GREFA, el reconocido Hospital de Fauna Salvaje de Madrid y su proyecto del “Control biológico del topillo campesino” con implantación en casi toda la península pero sobre todo en la provincia de Segovia, ha sido el seleccionado por la empresa “Vamos a Beer”
La nueva cerveza es un Wee Heavy, un estilo escoces, son cervezas tostadas, con mucho sabor a cereal, suaves, a pesar de su graduación, 7,5% en este caso y ligeramente dulces.
Inspirada en Segovia y sus paisajes que el equipo de Vamos a Beer recorrió junto a Toquero, un imponente mastín que da nombre e imagen a esta cerveza. Toquerín hace hincapié en la importancia de la cercanía, no solo en el consumo de producto Km O y sostenible sino también en el cuidado de nuestro entorno, costumbres y gentes.
La colaboración con GREFA viene también gracias a Toquero y como disfrutaba persiguiendo rapaces por los campos castellanos, por ello Vamos a Beer decidió colaborar con una asociación que ayuda a mantener este ecosistema.
GREFA son las siglas del Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat y, además de tener uno de los hospitales de fauna salvaje más grandes y activos de Europa, desarrollan varios proyectos de seguimiento y conservación de la biodiversidad. Uno de ellos es precisamente el Proyecto de Control Biológico del Topillo. Este proyecto nació como alternativa al uso del veneno y el fuego para el control de las plagas de topillo campesino, principalmente mediante la instalación de cajas nido para rapaces depredadoras de micromamíferos. La iniciativa ya está activa en más de 100 municipios de toda España, con un número significativo de ellos en Castilla y León y especialmente en la provincia de Segovia.